La biotecnología y el mejoramiento vegetal
Todo lo que comemos viene del mejoramiento vegetal. Hace más de 10.000 años que agricultores y fitomejoradores modifican los genes de las plantas para obtener mejores cultivos. A lo largo de los siglos, los métodos y técnicas de mejoramiento de cultivos han evolucionado y la biotecnología agrícola es un escalón más en este proceso, que hace miles de años produce alimentos saludables y seguros.
Las bases de los cultivos que utiliza el agricultor en la actualidad han sido generadas por los métodos convencionales en centros públicos o privados dedicados al mejoramiento vegetal y producción de cultivos. Estos métodos se basan en el cruzamiento entre individuos de la misma especie pero que muestran características diferentes, y una posterior selección de los ejemplares que presentan las características deseadas.
Este método de cruzamiento y selección artificial se repite sucesivamente de manera de lograr, en la variedad final, la incorporación de los genes que llevan información para los rasgos deseados y la eliminación de aquellos relacionados con las características no deseadas. Este proceso de generación de nuevas variedades ha sido (y continúa siendo) muy útil en la agricultura y ha originado las variedades que se cultivan hoy en día.
A fines de la década de 1920, los investigadores descubrieron que se podían incrementar las mutaciones (cambios en el ADN que ocurren naturalmente) exponiendo a las plantas a agentes mutágenos físicos (rayos X y gamma, neutrones, protones, etc.) o químicos (etilmetanosulfonato, azida sódica, etc.). Estas mutaciones ocurren al azar en el genoma y generan una gran variabilidad que puede dar lugar a la aparición de características interesantes, las que son seleccionadas por el mejorador. Así se obtuvo el pomelo rosado, a partir del pomelo blanco mutagenizado por radiación.
Hay más de 2.000 especies vegetales que se consumen en el mundo y que fueron mejoradas en algún momento por mutagénesis, incluyendo al trigo, el arroz, la lechuga, los porotos, etc. En la base de datos de la FAO/IAEA se puede encontrar una lista con más de 2.000 cultivos que se consumen en el mundo y que fueron mejorados por mutagénesis.
La biotecnología moderna, se suma hoy a las prácticas convencionales como una herramienta más para mejorar o modificar los cultivos vegetales. Surgió en la década de 1980 y consiste en utilizar técnicas de ingeniería genética para incorporar uno o más genes al cultivo a mejorar. En este sentido, esta metodología de mejoramiento de cultivos ofrece tres ventajas fundamentales respecto a las técnicas convencionales de mejoramiento genético:
• Los genes que se van a incorporar pueden provenir de cualquier especie, emparentada o no (por ejemplo, un gen de una bacteria puede incorporarse al genoma de la una planta).
• En la planta mejorada genéticamente se puede introducir un único gen nuevo preservando en su descendencia el resto de los genes de la planta original, conservando así sus características valiosas.
• Este proceso de modificación demora mucho menos tiempo que el necesario para el mejoramiento por cruzamiento.
En resumen, con esta tecnología es posible incorporar características que no existen en una determinada especie, y de una manera más rápida y precisa.
Sin embargo, presenta algunas limitaciones, especialmente en el caso de caracteres gobernados por muchos genes, y para rasgos para los cuales se desconocen los genes correspondientes. En este sentido, los proyectos genoma son una herramienta fundamental, ya que están permitiendo identificar más rápidamente a los genes de interés.
Hoy están desarrollándose nuevas herramientas biotecnológicas para seguir contribuyendo al mejoramiento de los cultivos, satisfacer la demanda creciente de alimentos y preservar el ambiente. (Ej. la edición génica y el silenciamiento de genes).
Mirá esta infografía que resume la historia de mejoramiento de los cultivos
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