Mujeres de Ciencia: Susana Socolovsky

Susana es Dra. en Ciencias Químicas de la UBA y Científica especializada en Alimentos. Investigadora, docente, autora, sostiene que entender la ciencia detrás de los alimentos es indispensable para derribar mitos y que el apego a la evidencia debe ser el sustento irrebatible del trabajo de los investigadores.


Susana es Doctora en Ciencias Químicas de la UBA. Además, es presidente saliente de la Asociación Argentina de Tecnólogos Alimentarios (AATA) y Miembro Honorable de la Academia Internacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (IAFoST). Forma parte de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) y es Científica Certificada en Alimentos por el Instituto de Certificación del Instituto de Tecnólogos en Alimentos de los Estados Unidos. Dedicó 15 años de su vida profesional a la investigación científica y 20 años a la enseñanza en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Desde 1990 trabaja como Consultora en asuntos regulatorios y científicos e innovación tecnológica, ha brindado conferencias en más de 200 Congresos en 20 países y es autora de múltiples artículos científicos, revisiones y capítulos de libros.


¿En qué consiste tu trabajo?

Mi trabajo como consultora consistió, en los inicios, en colaborar con empresas multinacionales en el desarrollo, creación y puesta a punto de alimentos innovadores modificados con sustitutos de azúcar y grasas. En la década de los 90 este segmento era casi inexistente. Esa actividad me brindó inmensas satisfacciones porque me permitió trabajar en estrecha colaboración con los equipos de investigación y desarrollo de múltiples compañías, en 12 países de Latinoamérica y poner en el mercado 140 productos nuevos. Este compromiso, enfocado a la innovación, requirió que profundizara mis conocimientos para convertirme además en especialista en asuntos regulatorios internacionales, un trabajo que continúo en muchos países en Latinoamérica.

 

¿Por qué te gusta tu trabajo?

Siempre fui una apasionada de la ciencia, muy curiosa desde pequeña y muy inquisidora. El trabajo que realizo en ciencia y tecnología de alimentos me apasiona. Me gusta fundamentalmente la posibilidad de estar a la vanguardia de las innovaciones en materia de alimentos, y el hecho de poder impulsar nuevas tecnologías, nuevos ingredientes desde su inicio y concepción, y mucho antes de que se constituyan en sustancias utilizadas comercialmente en la producción de alimentos.

¿Qué te inspiró para convertirte en científica y trabajar en esta área?

Comencé mi carrera como científica, investigadora y docente en el entonces Departamento de Química Orgánica y Bromatología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Ahí trabajé durante 15 años, dedicándome principalmente a la investigación en el campo de los mecanismos de las reacciones orgánicas y recibí una sólida formación científica durante mis estudios de doctorado, con profesores inolvidables por su excelencia y compromiso. Muchas circunstancias contribuyeron a un cambio de mi actividad dentro de la ciencia, que marcaron de forma crucial un rumbo nuevo del cual he estado siempre realmente complacida. Elegí desarrollar mi actividad científica dentro del área productiva con un trabajo desafiante volcado al desarrollo e innovación de alimentos, unido a  un trabajo incesable de consultoría ligado al campo de las normativas alimentarias latinoamericanas. 


Creo que la clave del éxito está en involucrarse con el compromiso asumido, ser profundamente seria y tener un apego indelegable a la evidencia científica para que el sustento de lo que hacemos y decimos sea irrebatible.”



¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Cuál es la base del éxito de tu trabajo?

Mi padre fue el primer impulsor de mi amor por las ciencias, mi esposo colaboró sostenidamente en la crianza de nuestros cinco hijos y siempre experimenté apoyo por parte de mis colegas. Creo que la clave del éxito está en involucrarse con el compromiso asumido, ser profundamente seria y tener un apego indelegable a la evidencia científica para que el sustento de lo que hacemos y decimos sea irrebatible. Me importa mucho el respeto en las relaciones humanas, creo que la posibilidad de interactuar con profesionales de otros campos de la ciencia enriquece el trabajo que realizamos y por eso los equipos multidisciplinarios tienen mayor posibilidad de generar resultados positivos, principalmente en el campo de la producción de alimentos y la agricultura.

¿Qué consejo le darías a las mujeres jóvenes que quieren contribuir a mejorar la producción de alimentos y a una agricultura sustentable?

Para las nuevas generaciones, mi mayor consejo es que es importante sostener el riguroso y minucioso interés de investigar los fundamentos en cualquier campo de la ciencia en el que trabajemos. A las mujeres jóvenes les diría, como hice yo, que crean firmemente en la importancia de educar, compartir y divulgar la ciencia como motor para el cambio. Siempre he estado disponible para participar en congresos nacionales e internacionales como oradora y me he dedicado también con empeño a estar disponible para los medios de comunicación. Entender la ciencia detrás de los alimentos es indispensable para derribar mitos populares e inexactos.

¿En qué creés que debe cambiar la agricultura para mejorar el futuro?

Estamos frente a un desafío mayúsculo generado por un problema global, la necesidad de alimentar a un mundo con 10 mil millones de personas en el 2050. Nuestra actividad como científicos de alimentos impacta en el mundo entero porque la Argentina como productor de alimentos tiene una gigantesca oportunidad para crecer agregándole valor a los alimentos que exporta.

¿Cuál pensás que es el papel de la mujer en la ciencia? ¿Creés que las mujeres ocupan el lugar que deberían ocupar en la ciencia?

Me parece indispensable que la mujer intervenga en el campo de la ciencia, ya que estamos capacitadas, y porque somos trabajadoras incansables, múltiples, proactivas, positivas, y capaces de trabajar en equipo con sensibilidad y empatía. Además, y lo digo con total honestidad, nunca tuve un problema por el hecho de ser mujer en los diversos roles que he desempeñado.

Si tuvieras que elegir una frase propia para que te represente en esta entrevista ¿cuál sería?

Una frase que me representa es “Nadie tiene éxito sin esfuerzo, y los que tienen éxito deben su éxito a la perseverancia”.