Pérdida y desperdicio de alimentos: ¿cómo se pueden evitar?

En Argentina, se instituyó el 29 de septiembre de cada año como Día Nacional para la Concientización sobre la necesidad de reducir las pérdidas y los desperdicios de alimentos. La Resolución N° 44/2019 (publicada en septiembre de 2019 en el Boletín Oficial) se enmarca en el Plan Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicio de Alimentos (Ley 27.454) que tiene por objeto la reducción y eliminación de las pérdidas y desperdicios de alimentos, incluyendo la modificación de la Ley 25.989 Régimen especial para la donación de alimentos, conocida como Ley Donal.

Pérdida y desperdicio de alimentos, ¿son lo mismo? 

La pérdida de alimentos ocurre durante la producción, post-cosecha, almacenamiento, procesamiento, envasado y distribución de los alimentos. Se refiere a la reducción en cantidad de alimentos aptos para consumo humano por su menor calidad, daños mecánicos (golpes, roturas, derrames), degradación, fermentación y no cumplir con determinados estándares estéticos (como tamaño, forma, color, textura). Se considera no intencional, ya que se relaciona con la ausencia de un sistema eficiente de gestión de los recursos o deficiencia de infraestructura.

El desperdicio de alimentos ocurre durante la compra, almacenamiento y consumo de los alimentos. Se refiere a la eliminación o descarte de alimentos aptos para consumo humano que se realiza en supermercados, comercios minoristas, restaurantes y hogares por falta de lugar o equipamiento para su almacenamiento, pérdida de la cadena de frío, escasa demanda, falta de planificación a la hora de comprar, no leer la fecha de vencimiento y cuestiones estéticas. Se considera intencional, ya que está vinculado con la conducta o comportamiento humano.


¿Qué podemos hacer como consumidores para reducir o evitar el desperdicio de alimentos?

"Pequeñas acciones que aportan grandes beneficios"

- Organizar las compras

Armar una lista de compras para comprar solo lo necesario y evitar compras compulsivas o innecesarias. Intentar no tentarse con las ofertas, sobre todo si esos alimentos no son necesarios.

Buscar los alimentos refrigerados o congelados al final de la compra. Una vez realizada la compra de este tipo de alimentos, no dejar que pasen más de dos horas sin refrigerar para que no pierdan la cadena de frío.

Comprar alimentos frescos (frutas, verduras, carnes) en pequeñas cantidades y con mayor frecuencia.

No descartar frutas y verduras por su tamaño, forma, color, textura, golpes o partes rotas. Es decir, comprar frutas y verduras "feas".

Leer y tener en cuenta la fecha de vencimiento. Algunos alimentos secos se pueden consumir en un breve tiempo después de esta fecha. En este caso, se recomienda observar el estado del alimento (color, aroma, textura, etc.) antes de consumirlo.

Ordenar la alacena y la heladera según la regla "primero vence, primero sale". 

En el momento de congelar un alimento, colocarle una etiqueta con la fecha en la que se colocó en el freezer.

Conservar o guardar los alimentos secos en un lugar seco y fresco.


- Planificar las comidas

Evitar cocinar de más, calculando la cantidad de porciones que se van a consumir. 

No dejar alimentos cocidos o preparados que sobraron fuera de la heladera.

 Congelar alimentos cocidos o preparados que sobraron divididos en porciones individuales y descongelar solo lo que se va a consumir. Un alimento cocido solo puede ser congelado y recalentado una vez.

- Llevar las sobras

En el caso de comer en un restaurante, llevar la comida que sobró en el plato para consumirla en otra oportunidad.


- Aprovechar los alimentos

Utilizar los alimentos o las comidas que sobren para realizar nuevas comidas, es decir para reutilizar o reciclar alimentos o comidas.

Utilizar los restos o desperdicios de alimentos para hacer compost.


Notas relacionadas

http://infoalimentos.org.ar/informes/divulgacion-cientifica/276-desperdicio-de-alimentos 

http://infoalimentos.org.ar/temas/nutricion-y-estilos-de-vida/222-valoremos-los-alimentos-decile-no-al-desperdicio