¿Debo preferentemente consumir alimentos cuya etiqueta o envoltorio dice “natural”?
Repensemos qué significa “natural”. Una definición podría ser “tal y como se halla en la naturaleza” o “que no pasado por ningún proceso, mezcla o elaboración”. Nada de lo que comemos es natural. El hombre, hace miles de años a través de la agricultura y hoy también a través de la ciencia y la tecnología, busca mejorar los alimentos perfeccionando su forma, sabor, duración y valores nutricionales, entre otras características. Basta con investigar cuáles son los ancestros de todas las verduras, cereales y frutas que comemos para ver cómo han cambiado hasta llegar a ser como las conocemos hoy. ¿Sabías por ejemplo que el ancestro del tomate era altamente tóxico?
Sin embargo hoy comemos tomate, y esto se debe a que gracias a procesos de mejoramiento, se ha logrado eliminar esa característica indeseada. Cocinar, congelar en el freezer, por ejemplo, son formas de procesar alimentos para hacerlos más sabrosos, para que duren más o para eliminar toxinas (en el caso de los alimentos que no pueden consumirse crudos, como por ejemplo la papa y la mandioca). Todo lo que comemos ha atravesado algún tipo de proceso de mejoramiento o elaboración y esto no tiene por qué asustarnos.